Realmente suena genial pero, si no lo has probado nunca te preguntarás: ¿qué es exactamente un bagel?
Estas curiosas rosquillas de pan, originarias de la ciudad de “Cracovia” , Polonia, se popularizaron en toda la comunidad judía y más tarde, llegaron hasta las panaderías de Londres. Hoy en día, están extendidas en todo el mundo, especialmente por Estados Unidos.
Efectivamente, este desayuno típicamente neoyorkino, podemos comerlo a cualquier hora del día. Con relleno dulce o salado, va bien con todo. Además, lo preparas en un minuto y ya tienes tu tentempié para la oficina.
Sólo recorriendo un par de calles de la Gran Manzana, puedes encontrar infinidad de sitios donde tomarlos.
Os cuento un secreto que quizás a un americano no le agradaría demasiado… los puedes encontrar ¡hasta en la sopa!
Bromas aparte, todos están riquísimos.
¿Te animas a prepararlos? Aunque ya los hayáis probado, todos sabemos que en casa siempre sabe mejor…
Ingredientes (saldrán unos 9-10 bagels).
Para preparar la masa:
500 gramos de harina de fuerza.
310 cc. agua tibia.
25 ml de aceite de girasol.
1 ½ cucharada de azúcar
2 sobres dobles de gasificante “El Tigre”.
Una pizca de sal.
Para el glaseado:
1 huevo.
1 cucharada de agua.
Semillas de sésamo o de amapola.
Y ahora pasamos a la elaboración…
· En un bol grande, mezcla la harina, la sal, el azúcar y los sobres de gasificante. Deja un hueco en el centro.
· A continuación, añade el aceite y el agua (recuerda que debe estar tibia), en el centro del cuenco y sigue mezclando, hasta que la masa no esté pegajosa.
· En una superficie limpia, esparce un poco de harina, coloca toda la masa encima y comienza a amasar con brío hasta que quede sin grumos y elástica durante unos 12-15 minutos. Déjala reposar, tapada con un paño, unos 10 min.
· Divide la masa en 9 o 10 porciones (según veas), y forma unas bolitas con cada trozo. Amasa cada uno por separado unos minutos más.
· Para dar forma a los bagel, haz una bola con cada porción y con un rodillo pequeño (o con el dedo), haces un agujero en cada uno de ellos. Colócalos sobre una bandeja ligeramente untada de mantequilla y reserva.
· Para conseguir una uniforme y fina corteza, debemos pasarlos vuelta y vuelta por una sartén sin aceite y con fuego mínimo.
· Aparte, coloca una cazuela al fuego con agua y una pizca de sal. Cuando hierva, introduce los bollitos unos 7 minutos, dándoles una vuelta. Conviene no amontonarlos en la olla, mejor pocos cada vez. Coloca sobre papel absorbente y vuelve a disponerlos en la bandeja de horno engrasada.
· Bate el huevo y después pinta toda la superficie. Decora con las semillas a tu gusto y hornea 30 minutos a 190º. Deja enfriar.
Sólo queda abrirlos por el centro y ponerles el relleno que más os guste a todos, dulce o salado…