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El tomate contiene ácidos cítrico y málico, responsables de brindarle su sabor y acidez característica. A pesar de sus muchas excelentes propiedades para nuestra dieta, las salsas que elaboramos con tomate suelen provocar acidez. El tipo de tomate influye en gran manera,  algunas variedades tienen un grado de acidez más bajo que otras.

Lo ideal sería retirar todas las semillas pero, es una lata, pierdes mucho tiempo y sabemos que nunca nos sobra…y si por el contrario, tienes esa buena costumbre, pero hoy se te ha olvidado o no tienes tiempo suficiente, el tigre nos ha contado un secreto y queremos compartirlo contigo.

Basta con añadir una cucharadita de bicarbonato “El Tigre” para eliminar la acidez del tomate. Nuestro estómago contiene ácido clorhídrico, el encargado de descomponer los alimentos y obtener los nutrientes y desechos. Este es el proceso digestivo normal y que finaliza en la digestión. Sin embargo, en este proceso y con el revestimiento protector del estómago que evita la filtración de los ácidos, puede colarse alguno hacia el esófago y llegar hasta la garganta. Entonces es cuando se produce la “regurgitación ácida”, también conocido como gastritis que, si se mantiene mucho tiempo puede derivar en una úlcera o lesión estomacal grave.

Una simple acidez estomacal puede ser debida a varias patologías, sin embargo, el factor común, a menudo, es la alimentación. El tomate, entre otros productos… ¡es el que se lleva la palma!

 El tomate,  considerado tanto fruta como hortaliza, forma parte integrante de las dietas en todo el mundo y especialmente en la mediterránea. Le proporciona un gran impulso a nuestra salud, con un gran número de antioxidantes (se han demostrado eficientes para combatir las diferentes formas del cáncer), y una fuente de vitaminas y minerales. Además, ejerce un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares, mejora las infecciones del tracto urinario y previene la hipertensión.

Intenta, siempre que sea posible, comprar tomates que hayan madurado al sol y sin haber pasado por invernaderos. Su color y textura es diferente. Además, su aroma es mucho más intenso cuando ha madurado de forma natural. ¿Lo has notado?

También te proponemos un par de ideas para que no tengas que evitar su uso en tus platos favoritos:

Una fórmula para evitar la acidez en la salsa de tomate es pelar los tomates antes de triturarlos, ¡sin duda merece la pena! Pon agua a hervir en un cazo y prepara otro con agua helada. Lava los tomates y con un cuchillo hazles una hendidura para quitarles el pedículo. Sumerge los tomates en el agua hirviendo unos 40 segundos e inmediatamente y transcurrido este tiempo los pasas al agua helada para frenar la cocción y enfriarlos. Escurre bien. Procede a pelarlos y seguidamente ya puedes triturar.

A continuación, añade una cucharadita de bicarbonato sódico El Tigre a la mezcla de tomate y aceite y cuece a fuego muy lento.

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¡Y listo! Hemos utilizado ingredientes naturales y sanos, evitando productos envasados que, a menudo, vienen cargados de conservantes, colorante y aditivos. Si no tienes mucho tiempo, puedes hacer más cantidad y congelarlo en pequeños botes herméticos de cristal. De esta forma, siempre tendrás a mano “tu salsa de tomate casera”.