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Sí, habéis leído bien. En Holanda hay una especialidad de pan que lleva nuestro mismo nombre, ¡asombroso! ¿Verdad?

Se trata de un pan muy joven que empezó a cocinarse en el año 1970 y cuyo nombre viene asociado al aspecto de su corteza, como puede apreciarse. Toma este aspecto gracias a la cobertura hecha con una pasta de harina de arroz que al hornear se quebranta y se abre.

Tiene un sabor incomparable a cualquier otro pan, con una mezcla dulce y algo picante, por uno de sus ingredientes, el aceite de sésamo. En el interior, una miga muy jugosa con un singular sabor.

Además, “El Tigre” y su gasificante nos van a echar una mano. Su efecto efervescente dentro de la masa, no necesita tiempo de leudado porque su acción es inmediata. En cuanto entra en el horno y toma contacto con el calor se produce la reacción dentro de la masa.

¿Habías visto un pan más singular?

Ingredientes para la masa:

400 gramos de harina

150 ml de leche tibia

2 sobres dobles de gasificante “El Tigre”

Una pizca de sal

30 ml de aceite de sésamo

Ingredientes para la cobertura:

100 gramos de harina de arroz

100 ml de agua tibia

1 sobre de gasificante “El Tigre”

10 gramos poco de azúcar

15 ml de aceite de sésamo

Una pizca de sal

Y seguimos con la elaboración…

  • En un recipiente grande, vierte la harina en forma de volcán y añade el resto de los ingredientes en el centro. Mezcla bien y coloca encima de una superficie plana, limpia y previamente espolvoreada con un poco de harina.
  • Amasa durante unos 10 minutos. La masa debería notarse suave y uniforme.
  • Posteriormente, divídela en cuatro partes iguales (unos 100 gr. aproximadamente cada uno) y después de amasar cada parte por separado forma unas bolas con ellas y reserva.
  • Ahora vamos a preparar la cobertura. En un bol mediano, pon todos los ingredientes y mezcla bien. Debería quedar una textura tipo puré. Cubre bien el recipiente y reserva en frio, unos 20 minutos.
  • Precalienta el horno a 220ºC
  • Remueve de nuevo un poco la cobertura y viértela por encima de cada una de las bolas de masa. Ayúdate de un pincel para que los bordes queden bien cubiertos.
  • Introducimos los panes en el horno a media altura e introduce un recipiente adecuado para el horno, con un poco de agua para mantener la humedad. Pasados unos 12 minutos, abre la puerta del horno ligeramente para liberar el vapor que se ha formado; vuelve a cerrar la puerta y baja la temperatura a 190º.
  • Sigue horneando y transcurridos unos 20 minutos, retira los panes del horno y colócalos en una rejilla para que enfríen.

Habrás podido observar que la masa se seca y se agrieta durante la cocción, creando un efecto en dos tonos que recuerda a la piel de un tigre.

Esperamos que a todos les guste esta variedad de pan tan original.

¡Qué aproveche!

pan

Cuando unimos la fruta, los cereales, las proteínas y los lácteos, obtenemos ¡el desayuno perfecto! Es la comida más importante del día y debemos elegir los ingredientes más saludables.

La manzana y las nueces son perfectas para preparar una deliciosa receta de pan integral, que además contiene mucha fibra. Las nueces con su alto contenido en grasas saludables Omega 3, fibra, magnesio, calcio y vitaminas del grupo B, reúne las propiedades idóneas para rebajar el colesterol y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Y además, esta fruta hidrata, reduce la retención de líquidos y previene los calambres. Además, cuenta con las del grupo E, conocidas por ser fuertes antioxidantes, entre otras muchas propiedades. El resultado, la combinación perfecta para comenzar el día con energía.

Nuestra receta de pan de manzana y nueces, cumple todos estos requisitos. Además le añadiremos un extra de esponjosidad y potenciaremos su sabor con nuestro gasificante “El Tigre” que, como siempre, será nuestro perfecto aliado.

Tendrás un desayuno muy completo y nutritivo.

Además es muy fácil de preparar y su sabor agradará a todos.

Los ingredientes necesarios son:

750 gramos de manzanas

500 gramos de harina

120 gramos de azúcar

150 gramos de nueces (peso aproximado una vez troceadas)

2 sobres dobles de gasificante “El Tigre”

40 gramos de mantequilla

Una cucharadita de sal

Una pizca de canela en polvo (opcional)

Un vaso de agua

 

Y comenzamos con la preparación:

  • En primer lugar precalienta el horno a 180º.
  • Pela y trocea las manzanas en trocitos muy pequeños. Reserva en un recipiente.
  • A continuación, prepara un bol grande y vierte el azúcar, la harina, los dos sobres dobles de gasificante “el Tigre”, la canela y una pizca de sal. Añade el agua , Mezcla bien y amasa hasta que todos los ingredientes queden bien integrados.
  • Seguidamente, agrega los trocitos de manzana y las nueces troceadas. Sigue removiendo.
  • Prepara el molde que vayas a utilizar y úntalo con un poco de mantequilla. Vierte toda la masa y hornea unos 60 minutos manteniendo el horno a 180º.
  • Transcurrido el tiempo, puedes sacarlo del horno y deja que repose unos 20 minutos. A continuación desmolda y coloca sobre una rejilla hasta que esté totalmente frío.
  • Si quieres reservar, envuélvelo en film para que se mantenga tierno más tiempo.

 

Y ya tenemos nuestro pan de nueces y manzanas, un desayuno o merienda nutritivo y muy completo para toda la familia…

¿Has visto que fácil? Sírvelo acompañado de mantequilla y mermelada, ¡está delicioso!

 

Algunos todavía podemos recordar, los buñuelos que nos hacía la abuela y que nos sabían a gloria…

En esta ocasión, los vamos a preparar con calabacín y langostinos, un contraste de sabores que hace las delicias de cualquier paladar.

Para el rebozado, como siempre nos ayudará “El Tigre”, para que salgan más esponjosos y delicados al gusto. Al añadir nuestro sobre doble de gasificante, aportarás al plato una textura muy agradable y sin variar en absoluto el sabor de los ingredientes.

Los langostinos son una fuente de valiosas propiedades nutricionales. Contienen muy pocas calorías y son muy ricos en vitaminas (B3, B12, B9 y E) y minerales (magnesio, selenio, hierro y sodio).

Esta receta es un aperitivo muy rico y fácil de preparar, ideal para una reunión de amigos o una comida informal.

Vamos a ver cuáles son los ingredientes que necesitamos para la preparación de esta rica receta y pongámonos manos a la obra.

1 calabacín grande (o dos pequeños)                                                                  

2 cebollas medianas                                                                                                

6 langostinos grandes                                                                                          

150 gramos de harina                                                                                              

2 diente de ajo (picado)                                                                                            

6 langostinos grandes                                                                                          

75 gramos de que queso Feta (puede ser también un queso blanco fresco)                                            

Un poco de perejil                                                                                                 

50 ml. de leche                                                                                                          

50 ml. de agua                  

1 huevo

Una pizca de sal y de pimienta                                       

1 sobres doble de gasificante “El Tigre”                                                     

Aceite de oliva o girasol para freír.

Para la elaboración:

  • Después de lavarlos, ralla los calabacines y añade un poco de sal, el ajo y el perejil muy picado. La sal hará que vayan soltando el agua.
  • A continuación, pela y pica las cebollas muy finas. En una sartén con aceite caliente, cocínala hasta que esté blanda. Retira del fuego y deja reposar.
  • Limpia los langostinos y quitales el intestino (éste sale muy fácilmente).

langostinos

  • Bate el huevo hasta que haga espuma.
  • Escurre bien el calabacín y coloca en un bol junto con los langostinos, la cebolla y el huevo. Mezcla bien.
  • Añade la harina, el sobre doble de gasificante “El Tigre”, el queso rallado, la sal y la pimienta. Mezcla bien para que se integren bien todos los ingredientes. 
  • A continuación, añade el agua y la leche sin dejar de remover. La masa debe quedar ligera pero no liquida. (La cantidad de líquido puede ser variable, dependiendo del agua que suelte el calabacín. Es aconsejable ir añadiendo, según veas que lo requiere la mezcla).
  • Deja reposar unos minutos mientras se calienta el aceite donde los vas a freír. Si no tienes freidora, prepara una sartén con bastante profundidad, el aceite tiene que cubrir por completo los buñuelos.
  • Cuando el aceite esté bien caliente, y con la ayuda de una cuchara para helado, ves introduciendo la masa en forma de bolas y separadas para que no se peguen unos con otros.
  • Cuando comiencen a flotar ya puedes darles la vuelta, para que queden bien dorados por todos los lados.
  • Retira y coloca en papel absorbente para que suelte todo el aceite sobrante.

Sírvelos calentitos acompañado de una buena ensalada o, como aperitivo con un vino blanco seco.

¡Sin duda, triunfarás!

maquina-agua-carbonatada

Hoy en día la soda está considerada como un refresco más, pero en su día era simple agua mineral carbonatada que la gente se tomaba por cuestiones de salud. Es curioso cómo con el tiempo (y con azúcares añadidos), la soda ha pasado de ser una especie de pócima medicinal a un gigante del marketing, emblema del consumismo y, precisamente, símbolo de una mala salud.

La historia de la soda comienza en las fuentes hidrominerales, esto es, los más comúnmente conocidos manantiales. La moda empieza en Europa por una obsesión de la gente por los beneficios para la salud de los baños en manantiales. De ahí se pasó a beber el agua mineralizada de esos manantiales como remedio para los dolores de estómago o ante las más variopintas enfermedades, como el escorbuto.

Lo malo de esta moda por los beneficios del agua mineralizada era la dificultad tanto para el embotellado como para el transporte. Fue entonces cuando apareció el doctor Joseph Priestley y, a sus 35 años, puso solución al problema. Así, este notable científico (se cree que pudo ser el descubridor del oxígeno) inventaba el agua carbonatada allá por 1767.

Unos años después de su descubrimiento, otro químico, llamado Torbem Bergman fabricó una máquina especial que hacía agua carbonatada a partir de sulfato de calcio y ácido sulfúrico. Esta máquina fue la que facilitó todo eso de embotellar y producir en masa las gaseosas.

Después ya vino lo de M. Févre y los famosos polvos que daban como resultado esta agradable y refrescante bebida.

¡Y así fue como empezó todo!

ultramarinos

De la misma manera que hay productos de toda la vida, también quedan todavía algunos de esos locales que son el emblema de un barrio. Un par de meses atrás, nos metíamos en la despensa del más antiguo de España, que fue fruto del amor entre un francés y una señora oscense. También el amor está detrás de la historia de otra pequeña tienda de comestibles en la ciudad de Málaga.

Mari Carmen Rodríguez, además de mucha sensibilidad y un trato exquisito con la clientela, tenía un despacho de huevos de gran éxito en Málaga, en el Centro Histórico. Zoilo Montero era un joven sevillano que llegó a Málaga siendo un chiquillo de 14 años para empezar a repartir comestibles en bicicleta. Trabajaba en una pequeña tienda familiar en Málaga, en el Centro Histórico. Así se conocieron.

A mediados del siglo pasado, tras terminar el servicio militar, Zoilo aprovechó la oportunidad y se hizo con la tienda. “Vino uno que quería traspasarla y me dije, para eso me la quedo yo”. Así fue como Ultramarinos Álvarez, gestionado por diferentes familiares durante años y conocido como Florido antes de la guerra, pasó a llamarse Ultramarinos Zoilo, actual nombre del conocido negocio que da a la Iglesia de Santiago, donde fue bautizado Picasso.

ultramarinos zoilo color

Se trata de una de esas pequeñas tiendas de toda la vida en las que, en cuanto pones un pie dentro, no quieres salir. Es como si te hipnotizara el orden y la gran cantidad de productos expuestos. Allí dentro está todo “bien colocadito”, porque “toda la vida se ha hecho así y porque es lo que le gusta al público”. “Aunque yo lo que quiero es que compren, y no que les guste” confiesa Zoilo entre risas.

En este tipo de tiendas se cuida mucho el producto local, y en este caso, se le da mucha preferencia al producto de Málaga. Como el salchichón de Málaga, que es un salchichón blando. O las pasas, higos secos o borrachuelos, que tanto gustan a nuestro protagonista. Él sin embargo, recomienda el Chorizo de Ronda, “que es riquísimo”, y que se puede tomar tal como viene, asarlo un poco o echarlo a unas lentejas. “De todas formas está exquisito”.

 

-¡Seguro que sí Zoilo. Además, después de una comida copiosa, como estas que dices, siempre podemos tomar una gaseosilla El Tigre para quedar como nuevos! Ya sabéis, lo que no se arregla con gaseosilla el Tigre es mortal de necesidad.

 

¿Has probado alguna vez la combinación del chocolate con el plátano? 

¡Es delicioso! Cuando prepares esta receta, todos disfrutaran de un desayuno o merienda sin grasas hidrogenadas, conservantes y otras sustancias que componen la bollería industrial. Además, con “El Tigre” disfrutarás de un producto totalmente libre de alérgenos y sin riesgo de contaminación cruzada.

Si habías pensado en cocinar este dulce, te sorprenderá la facilidad y lo rápido que se prepara.

Es un tipo de bizcocho con un sabor intenso a plátano, que mezclado con las pepitas de cacao, combina a la perfección. El plátano es un alimento altamente nutritivo y muy rico en azúcares y también en minerales como el potasio, hierro, magnesio y betacaroteno, muy bajo en sodio. Y también vitaminas A, E y C. Una fruta muy indicada para los niños, pero también para los no tan niños…

El cacao es un alimento muy digestivo y antioxidante, gracias a su riqueza en flavonoides. Rico en grasas, manganeso, zinc y vitaminas del grupo B. Es neuroprotector, con lo cual mejora el flujo cerebral, por tanto es ¡excelente para estudiantes!

Este bizcocho es muy típico de la repostería anglosajona, lo llaman pan de plátano o “banana bread”.

Vamos con los ingredientes:

Antes que nada, asegúrate de sacar los ingredientes que estén en la nevera una media hora antes, de esta forma todos estarán a la misma temperatura.

190 gr harina integral (avena, espelta, trigo, centeno…)

120 gr de mantequilla a temperatura ambiente.

90 gramos de pepitas de cacao ecológico.

120 gramos de azúcar moreno integral.

3 plátanos (ó 4 si son pequeños)

3 huevos

1 sobre doble de gasificante “El Tigre”.

Una pizca de sal.

Ahora nos disponemos a comenzar con su preparación:

  • Precalienta el horno a 180º.
  • Separa las claras de las yemas y bate a punto de nieve. Reserva.
  • En un bol, mezcla la mantequilla, el azúcar y las yemas.
  • Añade a la mezcla anterior, la harina y el sobre doble de gasificante “El Tigre”.
  • Cuando esté todo bien mezclado añade las claras poco a poco, para que no bajen.
  • En un recipiente pequeño, mezcla las pepitas de cacao con un poco de harina y añade un poco de leche hasta cubrir todo. Con las pepitas humedecidas, conseguirás que no todas queden en el fondo del bizcocho.
  • Aplasta bien los plátanos con un tenedor y añádelos también. Añade a la mezcla las pepitas de chocolate.
  • Engrasa el molde con mantequilla, vierte dentro toda la pasta y mezcla suavemente con una espátula.
  • Hornea unos 30-40 minutos vigilando cuando empiece a dorar. Pincha con un palillo de madera, si sale completamente seco, el bizcocho ya está listo. Sácalo del horno y deja enfriar.
  • Cuando esté frío, desmolda, corta en rebanadas y espolvorea con azúcar glass (opcional). Realmente no lo necesita, ¡así está riquísimo!

Tal y como has podido comprobar, es una receta muy fácil de preparar. Además, es magnífico para que los más peques de la casa se habitúen a comer fruta de una forma divertida.

También puedes ponerle una cobertura de chocolate, se convertirá en una ¡magnífica tarta de cumpleaños! ¡A disfrutar!

 

mojito

Un trifinio, aunque pueda parecer el nombre de un cóctel, es un punto geográfico donde se juntan las fronteras terrestres de tres países. Pese al nombre raro, no se trata de algo inusual, de hecho China tiene 14 y Rusia 12, y en el mundo se intuye que hay algo más de 150, pero es un buen punto de partida para hablar del mojito. En la ciudad uruguaya de Bella Unión se forma una de estas triples fronteras, es más, recibe este nombre porque es el lugar donde se encuentran el río Cuareim y el río Uruguay, en la frontera de este país con sus vecinos brasileños y argentinos.

En esta pequeña localidad, que forma parte del departamento que lleva el nombre de uno de los mayores héroes nacionales del país (Artigas), llegó al mundo, en algún momento a mediados del siglo XVI, un corsario llamado Silvio Suárez Díaz, que no sabemos qué tal era con la espada ni cómo manejaba el timón, pero que por lo que cuentan, fue el primero que preparó la versión inicial del cóctel que reina las fiestas estivales y que hoy conocemos como mojito.

A finales del s. XVI y en alta mar, cualquier problema te tortura. Muchas fueron las tripulaciones que se echaron a perder por la calma chicha, que es esa otra quietud, la que no cura la fatiga, la que no abre espacios a la meditación, la que desespera. Y en esa época, mal que nos pese, todavía no podíamos ofrecer una gaseosilla El Tigre a estos amables caballeros, así que el pirata bellaunionense se las apañó para repartir a sus hombres un brebaje a base de aguardiente diluido en un poco de agua, algo de limón para combatir el escorbuto, unas hierbas aromáticas, tipo menta, y el toque dulce del azúcar que ayudaba a digerir la pócima.

Pero fue otro pirata, Francis Draque, que se labró algo más de fama, quien lo acabó popularizando hasta bautizarlo como ‘Draquecito‘. Un siglo después, con la producción de ron mejor refinado y tras haber conseguido una mayor calidad, este sustituyó al aguardiente.

Luego ya llegó lo de Cuba, Ernest Hemingway y la leyenda de La Bodeguita del Medio, pero eso es otro cantar. También con los años y la moda llegaron las distintas versiones; con fresa, con coco, que si con un poco de vodka, ahora lo quiero light, etc. Lo que no cambia nunca es lo de añadir soda, y por si no lo sabías, con las nuestras sabe mucho mejor. Prueba a preparar este cóctel con un sobrecillo de gaseosa El Tigre, ¡verás cuántas burbujas!

¿Conoces a alguien que no le guste la tortilla de patatas? Es el plato o tapa estrella de la cocina española, y la más consumida por los españoles. Se cocina en todas las casas, y nunca hay dos iguales. Además, se puede comer caliente o fría, ¡está igual de buena!

A casi todo el mundo le gusta la tortilla de patatas y es muy fácil de preparar pero, necesita algo de paciencia y mucho cariño. La tortilla de patatas o tortilla española se cocina de muchas maneras; dependiendo del corte de la patata, la cantidad de huevos que incorpores a la receta y si la condimentas más o menos.

Puede comerse como tapa, acompañada de pimientos verdes fritos o con lo que quieras poner y de cualquier salsa, mayonesa, allioli, salsa de tomate, etc.. ¡Todas están riquísimas!

En nuestro caso, junto con la patata le añadiremos cebolla, aceite, una pizca de sal y el sobre doble de gasificante “El tigre”, para darle un toque más especial; Resultará más esponjosa y jugosa. ¿Por qué no lo pruebas y nos cuentas el resultado?.

¡Vamos con las proporciones!

4 huevos

1/2 kg de patatas

1 cebolla 

Aceite de oliva

1 sobre de gasificante “El Tigre”.

Una pizca de sal .

Y a continuación…

  • Pela las patatas, lávalas y córtalas en dados no demasiado grandes.
  • A continuación, procede de igual manera con la cebolla y reserva aparte.
  • Prepara una sartén con bastante aceite de oliva a calentar. Cuando haya alcanzado temperatura, incorpora las patatas para que se cocinen poco a poco.

  • En otra sartén, pon una cantidad moderada de aceite y pocha las cebollas a fuego muy lento. (No la queremos tostada, simplemente transparente).
  • Una vez estén listas las patatas, sácalas y colócalas en papel absorbente para que absorba el aceite sobrante. 

¡Nota importante! Las patatas deben estar entre fritas y cocidas.

  • En un recipiente, Batir los huevos con un poco de sal y la gaseosa «El Tigre». Mezclar muy bien para que no queden grumos. 
  • Añade al huevo batido con la gaseosa «El Tigre» la patata y la cebolla. Mezcla bien pero no lo aplastes.
  • En una sartén con un poco de aceite a fuego medio, vierte la mezcla y pasados 3-4 minutos dales la vuelta con la ayuda de un plato para que cuaje bien por los dos lados. Recuerda que tienen que hacerse bien los bordes. Espera otros 3-4 minutos y coloca en un plato llano y grande.

¡Y ya tenemos lista la tortilla! Se van a chupar los dedos… 

Puedes servirla como aperitivo o acompañada con una buena carne o pescado. Y para una cena ligera… con un poco de pan con tomate.

 

gaseosas

Imagínate un control de aduanas de cualquier aeropuerto del mundo. Visualiza el momento en que entregas el pasaporte al guardia de seguridad de turno para su verificación. Bien, hasta aquí todo normal. Ahora imagina la misma situación pero, en esta ocasión, eres alguien muy famoso, fácilmente reconocible. Añade además que el nombre por el que te conocen no coincide con el que figura en el pasaporte que entregas al agente. No hace falta que visualices también el hastío y el tiempo perdido tratando de explicar el malentendido.

Algo parecido es lo que ha debido pensar Maurice Micklewhite, un consagrado actor que ha decidido, a los 83 años, cambiarse el nombre de nacimiento por el nombre artístico que venía utilizando desde 1954 en audiciones para trabajar en el cine. Ese nombre es Michael Caine.

 

michael caine

 

El veterano actor empezó siendo Michael Scott en las primeras audiciones, pero al llegar a Londres había otro Michael Scott en la ciudad, por lo que tuvo que buscar otro nombre. Con 21 años, en una conversación telefónica con su agente, este le cuenta lo que hay y le urge a buscar otro nombre. La cabina en la que se mantiene la conversación estaba situada en las puertas del cine y, de pronto, la imagen de un póster del drama naval de Humprhey Bogart asalta la vista de nuestro protagonista; “The Caine Mutiny”. Así lo contaba él hace unos días:

Estaba enfrente del cine y miré tras el cristal, mi actor favorito es Humprhey Bogart, y está justo ahí, así que…”

Una vez más, el nombre de un artista vuelve a ser cosa del azar. Es curioso esto de poner nombre a las cosas. Es un trabajo de amor que muchas veces pasa desapercibido.

Hubo en España gran afición a hacer gaseosa. El calor, alto, y el precio, bajo, eran dos de los factores que ayudaban. También que sea un producto que guste tanto a niños como a no tan niños. El caso es que durante el siglo pasado se convirtió en un fenómeno local y las técnicas del branding no eran las de ahora, claro.

Como muy bien repasa Ignacio Peyró, muchos optaron por proclamar un cierto orgullo de la raza, como gaseosas Bética, La Cervantina o El Cid, añadiendo el afluente heroico. También son un clásico las familiares, como gaseosas García o Sánchez.

Pero antes de esta afición estaban los sifones, y antes, las gaseosas en polvo, mucho más exóticas. ¿Y qué hay más exótico que un Tigre en 1915?

Logo oscuro El Tigre-08

Cookies

Hoy vamos a preparar las típicas galletas americanas “Cookies”, pero siempre con nuestro producto estrella, ¡gasificante “El Tigre”! Con dos sobres, el de las estrellitas con el gasificante (bicarbonato sódico con un poco de sacarina) y el blanco con el acidulante (ácido cítrico), para cumplir la función de impulsor químico. De esta forma, separados, se evita que la reacción se produzca antes de tiempo y conseguimos las mejores condiciones para nuestras cookies.

Estas galletas son grandes, irregulares y con trocitos de chocolate. Son fáciles de preparar y “si sobran”, puedes guardarlas en un recipiente hermético, aguantarán durante bastante tiempo.

Este clásico de la repostería americana ya se ha extendido al resto del planeta, y se puede también elaborar sustituyendo el chocolate por otros alimentos como frutos secos o incluso chucherías; sin embargo no olvidemos que, con chocolate suelen ser las favoritas de los niños.

¡Atención golosos! Vamos con la receta.

Ingredientes:
500 g de harina.
250 g chips de chocolate
175 g de mantequilla (temperatura ambiente).

200 g  de azúcar moreno

100 g  de azúcar blanco
1 sobre doble de gasificante “El Tigre.
1 huevo entero
1 yema de huevo
Una cucharadita de vainilla en polvo.

Preparación:

  • Precalienta el horno a 160ºC.
    · En un recipiente  mezcla la harina, la sal y el gasificante. Reserva.
    · En un bol, mezcla la mantequilla con el azúcar y bate bien.
    · Agrega el huevo, la yema de huevo, una cucharadita de vainilla y sigue mezclado hasta que se integren bien todos los ingredientes.
    · A continuación, coge la mitad de la mezcla de harina e incorpora. Bate hasta que esté bien combinado y procede de igual forma con el resto de la harina.

 

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  • Por último, puedes agregar el chocolate y remover hasta incorporarlo bien.
    · Con la ayuda de una cuchara vas colocando la masa, en forma de bolas, en la bandeja del horno. Mantén las porciones separadas porque estas galletas se extienden mucho.
  • Hornea a 160ºC de 15 a 20 minutos ( o cuando veas que se han dorado los bordes).

Deja enfriar bien en la propia bandeja para para que no rompan al retirarlas.

Estas cookies son tan grandes que, con una ya quedas satisfecho. Anímate a probar diferentes combinaciones: chocolate blanco en lugar de negro, sustituir por nueces troceadas, pasas, etc…

La base es igual para hacer cualquier tipo de cookie.

¡Que las disfrutéis!

Cookies americanas. 3