Hola amigos de El Tigre. El próximo 27 de mayo se conmemora el Día Nacional del Celíaco y por hacer la vida más sencilla a todos los que tienen problemas con el gluten hemos decidido dedicar todo el mes a subir recetas de repostería aptas para ellos.

Las intolerancias y alergias son demasiado fastidio para aquellos que las padecen y a veces se les limita mucho los alimentos que pueden y no pueden tomar. Así que para seguir disfrutando de los dulces hemos seleccionado varias recetas tradicionales de repostería de las que todos vamos a poder disfrutar, incluidos los celíacos.

Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, todos los productos que se comercializan bajo la marca El Tigre son libres de gluten y de los 14 alérgenos contemplados por la Unión Europea. Además no hay riesgo de contaminación cruzada por lo que se pueden utilizar con tranquilidad en la elaboración de alimentos destinados a celiacos.

Os dejamos un resumen de nuestros productos porque aunque muchos los conocéis todos y cada uno de ellos, otro solo habéis usado nuestra gaseosas endulzada.

Nuestro producto estrella, la gaseosa endulzada, utilizada en multitud de recetas y la preferida para hornos y panaderías.

La soda, utilizada en repostería pero también como refresco. La diferencia con la caja verde es que no va endulzada.

Gaseosa sabor limón, especial para hacer refrescos y quitarnos la sed cuando llega el buen tiempo. También se utiliza en repostería.

Gaseosa sabor naranja, ideal para refrescarnos y quitarnos la sed. También se utiliza en repostería.

Nuestro bicarbonato también comercializado bajo la marca El Tigre.

 

En determinadas zonas del país las recetas de repostería llevan polvos de hornear para elevar  y esponjar masas, y la marca Royal es la más conocida en estas zonas. Sin emabrago la mayor parte de recetas de masas líquidas hechas en los hornos y panaderías se elaboran con gaseosa de repostería. Incluso las grande industrias suelen usar como gasificante la gaseosa de toda la vida que es una mezcla de bicarbonato y algún tipo de ácido que hace que reaccione generando burbujas de aire para permitir que la mas suba cuando se introduce en el horno. En el caso de Gaseosas El Tigre veréis dos sobres, uno contiene el bicarbonato y el otro el ácido que en nuestro caso es un ácido cítrico.

Como dato curioso os diré que nuestras materias primas tienen su origen en España y Europa, garantizando mayor calidad y cumplimiento de normas alimenticias.

Hay varias diferencias que debemos destacar respecto a otros polvos de hornear:

.- Las levaduras químicas o polvos de aumento van en un solo sobre lo que les obliga a incorporar aditivos que eviten el apelmazamiento del producto. la gaseosa de repostería separa el bicarbonato del ácido y ya no tiene ese problema.

.- las cantidades de producto que van en los sobres de gaseosa suele ser menor que la de los polvos de hornear por lo que evitamos dejar medios sobres abiertos cuando las recetas requieren menos producto (en la mayoría de casos suelen pedir una cucharadita de polvo de hornear y luego el sobre se queda abierto)

.- nuestras gaseosas se transforman en refresco si en lugar de echarlo a la masa lo viertes en un vaso de agua fresquita. Y en este punto quería anotar que además de un refresco que quita la sed de verdad, sirve como remedio digestivo después de los empachos, para evitar ardor e incluso muchos aseguran que si la noche anterior se han pasado con el vino lo primero que hacen es tomar una y adiós a los efectos de la resaca. seguro que me dejo algún secreto más…

Usos:

.- como gasificante alimenticio

.- como refresco saludable

Espero haber aclarado todas vuestras dudas y que empecéis a usar nuestras gaseosas y sodas ya que os garantizamos calidad y efectividad y estaréis contribuyendo a que no se pierda un producto tradicional que lleva en el mercado desde 1915. Sí, habéis leído bien, El Tigre este año cumple 104 años, así que también podemos decir que El Tigre es un producto centenario 😉

 

Gracias por vuestro tiempo

 

 

El Tigre tiene muchos amigos deportistas y es que se convierte en un perfecto aliado para calmar la sed y refrescarse durante la práctica del ejercicio.

Estamos cansados de ver como los runners, alpinistas, senderistas y un largo etcetera van cargados con sus bebidas para poder hidratarse durante el ejercicio y como durante este mes, coincidiendo con la final del mundial vamos a apostar por el deporte hemos pensado enseñaros como hacer una bebida isotónica perfecta para el deportista pero también cuando alguien está malito de la pancha y necesita recuperarse. La clave está en la sal y el bicarbonato asi que toma nota y a probar que es muy sencillo.

Ingredientes:

1 litro de agua hervida

Zumo de dos limones

4 cucharadas de azúcar

1 sobre de soda El Tigre (caja de soda para 10 litros)

1 cucharadita de sal marina yodada

Elaboración:

Echar un litro de agua en una jarra de dos litros (para que la espuma no se salga), añadir el zumo, el azúcar, la sal y remover.

Por último echamos el sobre de soda. Normalmente siempre os decimos sobre doble pero en esta ocasión solo un sobre porque en este caso el producto viene dentro de un mismo sobre.

Enfriar y beber.

Hola,

hoy os dejamos una idea genial para sorprender a los peques de la casa. Hay muchos niños que está deseando que llegue un cumpleaños o el fin de semana para ponerse las botas comiendo chuches y bebiendo refrescos. Y es que ellos saben que como no es muy saludable abusar de los refrescos solo pueden tomarlos esporádicamente.

Pues con la receta que os dejamos hoy les vais a dar una alegría porque lo pueden tomar cualquier día ya que ni se añade azúcar ni aditivos. Podríamos decir que es una «fanta» natural y casera. Les va a encantar este refresco y nosotros encantados porque sabemos que están tomando fruta natural.

Nuestro refresco casero de naranja y mandarina lo acompañamos por snacks de Frit Ravich, ¡Nos encantan! hemos elegido un cóctel de frutos secos y patatas fritas estilo caseras. Vamos que hoy tenemos un aperitivo perfecto para empezar el fin de semana.

¿Os animáis?

Ingredientes:

Naranjas

Mandarinas

Snacks Frit Ravich

Gaseosa El Tigre o Soda El Tigre

Hielo (opcional)

Elaboración:

Exprimimos naranja y mandarina, a poder ser que estén bien fresquitas, colamos el jugo exprimido y preparamos los recipientes con nuestros snacks.

Cuando ya estemos listos para disfrutar abrimos un sobre doble de gaseosa o soda, vertemos en el zumo y automáticamente se generarán las burbujitas mágicas de El Tigre.

Si quieres un poquito de aventura… remueve con una cucharilla y prepara una pajita porque las burbujas poderosas de El Tigre harán que tu refresco suba y suba hasta que se salga. ¡Corre, corre, bebe que se sale!

 

Esperamos que os guste. ¡Feliz viernes!

Hola a todos,

ahora en agosto los refrescos cobran mucho protagonismo y como tenemos la suerte de que nuestro producto se puede usar como bebida refrescante hemos pensado que lo mejor era poder hacer un cóctel de inspiración para refrescaros de la mejor manera posible este verano.

Nosotros hemos cogido el cóctel de Gemma Biosca y hemos hecho nuestra propia versión. En su blog podéis ver el original y así tenéis dos bebidas distintas con las que sorprender a vuestros invitados.

Ingredientes:

1 litro de agua bien fría

2 sobres de gaseosas de limón El Tigre

1 lima

1 limón

2 ramas de hierbabuena

Ginebra o vodka (opcional)

 

La preparación es muy sencilla:

Echamos la corteza de limón y de la lima y los dos sobres de limón El Tigre en el litro de agua y reservamos en la nevera para que se mantenga fría.

En un mortero echamos la hierbabuena junto con trozos de lima y limón y machacamos para sacar el jugo y vertemos junto con la bebida preparada.

Servimos en vasos con fruta congelada, a modo de cubitos de hielo, o bien cubitos de hielo vistosos como los de flamenquitos que hemos usado en esta receta y que nos parecen muy graciosos. Ponemos una ramita de hierbabuena para decorar y listo.

La dosis de vodka o ginebra es opcional, depende cuando lo vayas a servir puedes echarle una pequeña dosis o no.

maquina-agua-carbonatada

Hoy en día la soda está considerada como un refresco más, pero en su día era simple agua mineral carbonatada que la gente se tomaba por cuestiones de salud. Es curioso cómo con el tiempo (y con azúcares añadidos), la soda ha pasado de ser una especie de pócima medicinal a un gigante del marketing, emblema del consumismo y, precisamente, símbolo de una mala salud.

La historia de la soda comienza en las fuentes hidrominerales, esto es, los más comúnmente conocidos manantiales. La moda empieza en Europa por una obsesión de la gente por los beneficios para la salud de los baños en manantiales. De ahí se pasó a beber el agua mineralizada de esos manantiales como remedio para los dolores de estómago o ante las más variopintas enfermedades, como el escorbuto.

Lo malo de esta moda por los beneficios del agua mineralizada era la dificultad tanto para el embotellado como para el transporte. Fue entonces cuando apareció el doctor Joseph Priestley y, a sus 35 años, puso solución al problema. Así, este notable científico (se cree que pudo ser el descubridor del oxígeno) inventaba el agua carbonatada allá por 1767.

Unos años después de su descubrimiento, otro químico, llamado Torbem Bergman fabricó una máquina especial que hacía agua carbonatada a partir de sulfato de calcio y ácido sulfúrico. Esta máquina fue la que facilitó todo eso de embotellar y producir en masa las gaseosas.

Después ya vino lo de M. Févre y los famosos polvos que daban como resultado esta agradable y refrescante bebida.

¡Y así fue como empezó todo!

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Bien es sabido que hubo en España gran tradición de hacer gaseosas. País caluroso, industria barata. Servían para endulzar el vino cosechero, así, el que no las usaba para un bizcocho, disfrutaba nuestras gaseosillas en forma de refresco. Gustaba a niños y a viejos, como las burbujas.

Por eso no es extraño que uno de los anuncios más esperados cada año sea el de Freixenet, con su magia y la sorpresa de quién será el famoso protagonista. Precisamente este año, esa sorpresa no será tal, pues anunciaban hace unos días que repetirán la emisión del año anterior. Las integrantes del equipo español de gimnasia rítmica, tras la plata conseguida en Río 16′, se han ganado al renovación. Así lo explicaba el Director de Comunicación de la empresa:

“Estas burbujas fueron muy entrañables, trabajaron con profesionalidad y entusiasmo y quedamos muy enamorados de ellas, como burbujas y como personas.”

Sea con cava o con gaseosa, tiene algo de hipnótico ver cómo van formándose estas pequeñas burbujas y ascendiendo por la copa, aumentando de tamaño según van subiendo. Aunque eso se debe más a la ciencia que a la magia.

Donde sí hay magia de ilusión es en esa niña que juega con burbujas de jabón, con colores a su alrededor:

Van las burbujas libres al viento,

van agrupadas en filas y cientos.

¿Se van al espacio,

o a un libro de cuentos?

Poesía y burbujas van de la mano. Desde los versos de Calderón de la Barca, “éstas que fueron pompa y alegría”, hasta los de Paul Morand publicados en Caiers des Saisons en otoño del 62′:

Pero primero, abre tu camino hacia el aire,

deslízate por senderos ondeados

hasta el techo de agua, por donde pasa la cabeza,

acompañado por fuegos artificiales de burbujas.

Otro poeta y escritor, Borges, dijo que siempre fue tímido, pero que la fama le trajo desparpajo. Y no dudó en utilizar ese desparpajo para atizar a cualquiera. “No sabía que Manuel tuviera un hermano”, comentó con desdén sobre Antonio Machado. De Gardel opinaba que creaba “miserias y sensiblerías”. Y también tuvo para las greguerías de Gómez de la Serna, de las que dijo que no eran más que la estupidez de “pensar en burbujas”.

Como podéis ver, las burbujas dan para mucho. Las hay económicas, que suelen traer problemas, o burbujas de amor, que diría Juan Luis Guerra. Burbujas de tierra que hacen los bichos bola o el plástico de burbujas que tan felices hace a algunos. En cualquier caso, nosotros nos quedamos con las burbujas de nuestras gaseosillas, ¡a disfrutar!

mojito

Un trifinio, aunque pueda parecer el nombre de un cóctel, es un punto geográfico donde se juntan las fronteras terrestres de tres países. Pese al nombre raro, no se trata de algo inusual, de hecho China tiene 14 y Rusia 12, y en el mundo se intuye que hay algo más de 150, pero es un buen punto de partida para hablar del mojito. En la ciudad uruguaya de Bella Unión se forma una de estas triples fronteras, es más, recibe este nombre porque es el lugar donde se encuentran el río Cuareim y el río Uruguay, en la frontera de este país con sus vecinos brasileños y argentinos.

En esta pequeña localidad, que forma parte del departamento que lleva el nombre de uno de los mayores héroes nacionales del país (Artigas), llegó al mundo, en algún momento a mediados del siglo XVI, un corsario llamado Silvio Suárez Díaz, que no sabemos qué tal era con la espada ni cómo manejaba el timón, pero que por lo que cuentan, fue el primero que preparó la versión inicial del cóctel que reina las fiestas estivales y que hoy conocemos como mojito.

A finales del s. XVI y en alta mar, cualquier problema te tortura. Muchas fueron las tripulaciones que se echaron a perder por la calma chicha, que es esa otra quietud, la que no cura la fatiga, la que no abre espacios a la meditación, la que desespera. Y en esa época, mal que nos pese, todavía no podíamos ofrecer una gaseosilla El Tigre a estos amables caballeros, así que el pirata bellaunionense se las apañó para repartir a sus hombres un brebaje a base de aguardiente diluido en un poco de agua, algo de limón para combatir el escorbuto, unas hierbas aromáticas, tipo menta, y el toque dulce del azúcar que ayudaba a digerir la pócima.

Pero fue otro pirata, Francis Draque, que se labró algo más de fama, quien lo acabó popularizando hasta bautizarlo como ‘Draquecito‘. Un siglo después, con la producción de ron mejor refinado y tras haber conseguido una mayor calidad, este sustituyó al aguardiente.

Luego ya llegó lo de Cuba, Ernest Hemingway y la leyenda de La Bodeguita del Medio, pero eso es otro cantar. También con los años y la moda llegaron las distintas versiones; con fresa, con coco, que si con un poco de vodka, ahora lo quiero light, etc. Lo que no cambia nunca es lo de añadir soda, y por si no lo sabías, con las nuestras sabe mucho mejor. Prueba a preparar este cóctel con un sobrecillo de gaseosa El Tigre, ¡verás cuántas burbujas!

Antes de 1923 era solo una colina de apenas 500m sobre el nivel del mar. A partir del 13 de julio de ese año, cuando le colocaron las famosas nueve (realmente fueron 13) letras blancas, pasó a convertirse en una de las montañas más famosas y todo un símbolo para el cine. Sí, sabemos que nuestro producto es de película, pero no, hoy no queremos hablaros de cine. Hoy toca hablar de montañas y alpinismo.

Hace años ya que recibimos comentarios de muchos de nuestros amigos que se dedican a esto de la alta montaña, algunos incluso han paseado nuestro producto por el Everest o el Aconcagua, echándolo directamente sobre la nieve.

Es bien conocido que el agua constituye aproximadamente el 60% del peso corporal y que es, por tanto, indispensable para la vida. Durante la actividad del montañero es importante estar siempre bien hidratado. Ya sabéis, en la montaña hay que beber frecuente y abundantemente, ya que la sed no es un buen indicador de la deshidratación. También es conveniente que el agua proporcione las sales minerales que necesita nuestro organismo.

alpinismo

Nuestros sobres de gaseosa en polvo mineralizan el agua gracias a la mezcla de bicarbonato sódico y ácido cítrico, con lo que sumado a su ligereza y facilidad de transporte, convierte nuestros sobrecillos en unos buenos compañeros de ruta alpinista. Además siempre vienen bien por si algo nos ha sentado mal o nos da la temida ‘pájara’ a mitad del ascenso.

En cualquier caso, antes de mineralizar el agua es conveniente asegurarnos de que el agua que vamos a beber está desinfectada; tanto si se trata de derretir nieve como de agua de río. Hay varios métodos, desde el clásico cazo para hervir hasta las modernas pastillas potabilizadoras, pasando por el famoso truco de la lejía.

litines

Hay objetos, sonidos, sabores… que se meten en nuestra memoria para remover los recuerdos y los vínculos que crean. Conocemos la sensación a través del famoso concepto de la magdalena proustiana, que aparece en la obra En busca del tiempo perdido del autor francés Marcel Proust.

Para más de una generación, beber “agua de litines” podría ser la versión líquida de la magdalena de Proust, un viaje íntimo hacia un paraíso perdido…

El consumo de esta bebida en polvo es casi desconocido para las nuevas generaciones, pero los sobrecillos aún siguen vigentes. Como sabéis, vienen presentados en un sobre doble. Uno contiene el ácido cítrico y otro el bicarbonato sódico, pero de litio nada.

¡Eh!, ¿y entonces?

La referencia, del francés lithiné, se debe a la presencia de litio en ciertas aguas minerales cuyas propiedades medicinales estuvieron en boga a finales del siglo XIX y principios del XX. Algunos de los compuestos del litio, por el ejemplo el uratio, se utilizaban en 1840 para el padecimiento de la gota y reumatismo. Se trataba de un elemento al que se le atribuían, además de a las cualidades digestivas, beneficiosas propiedades en la curación de distintas psicopatologías como la manía o la depresión bipolar, considerándose un estabilizador del estado de ánimo.

En aquella época era posible tomarse pastillas de litines, beber agua mineral con litines, etc. El litio, más blando que el talco y menos denso que el agua, tuvo gran predicamento tras su descubrimiento en 1817. De hecho, en una pequeña comuna suiza del cantón de Vaud (Henniez), los químicos de una de las marcas más prestigiosas de agua mienral detectaron la presencia de este metal en las aguas que corrían allí, y pasaron a vender su producto estrella; Eau d’Henniez lithinée. Hace diez años, el grupo Nestlé adquiría la compañía suiza.

En España, la aceptación popular y la inmutable credibilidad humana, hicieron que nuestras farmacias fueran invadidas por suplementos minerales de alto contenido en carbonato de litio, para elaborar agua litinada de la mano de los Lithinés del Dr. Gustin, que tuvieron fuerte presencia en territorio nacional durante la primera mitad del siglo XX y nos dejaron el neologismo litines para referirnos a las papeletas para hacer soda, aunque sin rastro de litio.